Cap 6 Los primeros y las marcas

Cap 6

El camino, los primeros y las marcas.

- Pónganse ahí -  ¿Que sienten? ¿Qué ven? – preguntó Laxio.

Solo para los ven más allá de sus ojos el tiempo les devolverá una hermosa visión, aquellos que aún no han llegado hasta ese punto, lo único que les devolvía era un pequeña parte de ese futuro.

- No tiene que decirlo en voz alta, sino el tiempo vuelve a la normalidad.

A Sectía y a Ceres el tiempo les devolvió las dos cosas parte del futuro y el reflejo de sus corazones, Laxio ya había estado allí.

Pero antes de seguir con eso, déjenme que les cuente sobre nosotros, antes de que pregunten quienes somos, les diré que somos los primeros habitantes de este planeta al que llamamos Xitron, cada uno de nosotros pertenece a un lugar: Elora, Argenis y yiuuri pertenecen a la ciudad de los sentimientos, Zaid pertenece a la tierra de los espíritus, Neka y Server pertenecen a la tierra, Raknar, Yurik y Dasha pertenecen al cielo. Shiori y yo pertenecemos a los animales, mi nombre es  LEI, cada uno de nosotros tiene poderes de cada tierra o sea tenemos todos los poderes. Pero al ser los primeros tenemos un don podemos transformarnos, Shiori se transforma en una gata negra de ojos claros, Shiori es mi hermana. Neka y Server se transforman en plantas, árboles, tierra, rocas e incluso aguas, pero en realidad se pierden en el aire, es muy difícil distinguirlos. Zaid se convierte en un espíritu y recorre ese mundo de esa manera. Raknar guerrero de los cielos es capaz de convocar los poderes del sol, la luna y todo el espacio, él viajaba en los rayos del sol mayoritariamente durante el alba y el ocaso. Yurik contrala la luz y la oscuridad, es el equilibrio, se suele perder en la luz y se camufla en la oscuridad, Dasha era quien manejaba el clima, por eso se decía que cuando hacía mucho era porque ella estaba enojada, le decían la diosa de los vientos y los huracanes. Elora era la más comprensiva de sus hermanos, alegre y hermosa, representaba el AMOR y la AMISTAD, era fiel y leal. Argenis representaba la tristeza y la alegría. Yiuuri representaba el optimismo, la dicha, los celos y el orgullo.  Y yo, bueno pertenezco a los lobos del norte, mi habilidad es la de transformarme en una loba blanca.

Nos han llamado de diferente manera, los guardianes, los dioses,  etc. Pero la verdad es que somos los primeros habitantes de este planeta. Y nuestro destino está unido de alguna manera y por alguna razón al de Ceres, es nuestro deber protegerlo.

- Dicen las marcas, las runas que somos uno.

Raknar siempre ha sido el más inteligente de los de su clase, su cabello refleja los colores del atardecer, sus ojos eran como el cielo, celestes y hermosos.

- Tal vez él y nosotros seamos uno.

Teorías y teorías, Raknar analiza casi todo.

- ¡Qué lindo! – decía Yurik



Yurik era uno de los más pequeños, un ángel, un niño con mucha energía, de ojos amarillos y cabello negro, en la espalda tenía una marca en forma de sol y otra en forma de luna.

- Raknar ¿No te parece lindo? – preguntó.

Raknar lo miro serio.

- ¿Qué le vez de lindo al saber que tu destino está unido al de alguien más? – dijo moviendo su capa que era azul como el cielo al anochecer, él tenía unas botas cortas que al pisar retumbaban en todo el piso, se decía que era hijo del dios del trueno y la diosa de los rayos.

Raknar cargaba con una espada de la oscuridad y una espada de la luz, las primeras. La parte superior de su vestimenta era azul como el cielo y tenía un pantalón negro.

- A ver… ¿Qué tiene de malo conocer tu o su destino? – cuestionaba Dasha.

Dasha representaba el clima, Dasha tenía cabello gris, cuando se enojaba se tornaba de un gris muy oscuro como las nubes que traen tormentas, sus ojos eran amarillos como el color de los relámpagos.

- Yo prefiero no saber – dijo Raknar dándose media vuelta, moviendo su capa.

Dasha miro a Yurik.

- Dejémoslo, ya se calmará.

Raknar no apreciaba su destino, renegaba de él.

Dasha usaba un vestido gris, ella andaba descalza, al igual que Yurik.

- Chicos, no discutan – decía Elora.

Elora era hermosa su cabello era de un rojo muy bello, tenía una mirada dulcísima, siempre sonriente y feliz, de ojos azules profundos, era pálida, usaba un vestido ajustado, también andaba descalza.

- Elora, ellos no discuten – decía Argenis.

Argenis tenía una mirada triste, ojos celestes y cabellos azules, usaba un tipo de blusa sin mangas verde y un pantalón verde más oscuro.

- Para mí no es nada – decía Yiuuri – Vamos no estén tristes.

- No estamos tristes – dijo Argenis.

Yiuuri tenía ojos y cabellos celestes, tenía una mirada alegre, usaba una blusa sin mangas cortas verde claro, y un pantalón verde oscuro.

Zaid los miraba desde un rincón y sonreía.

- ¡Qué hermosa escena! Hacía tiempo que no los veía hablar tanto o con tanto entuciasmo, salvo Raknar.

Zaid era un ser muy inteligente, astuto y observados. De ojos grises muy claros, parecían transparentes, de cabellos azul claro, piel clara. Él tenía una túnica de color verde claro. Zaid y Raknar eran los más grandes, si más grandes que yo.
A Él le gustaba recorres y conocer nuevos lugares y personas, fue el primero en tratar de unirnos.

- ¿Qué hacen? – preguntó Neka, que volvía de dar una vuelta.

- Pensábamos en voz alta – dijo Dasha.

Neka de ojos grandes, mirada curiosa, ojos verdes esmeralda, cabello turquesa, ágil, valiente y leal. De una blusa de mangas largas y verdes, un pantalón un poco corto, de tez oscura.

- Parece que Raknar se volvió a enojar – dijo Server

Server de mirada seria, de pantalones un poco más largos marrones, ojos verde claros, cabellos verde oscuro y tez un poco más clara.

- No se enojó – dijo Shiori – solo no está de acuerdo con lo que decían.

Shiori, mi hermana, de hermosos ojos claro, que cambian con el clima, un hermoso cabello negro y lacio, alta, delgada, estilizada.

- En cuanto se calme, lo iré a ver – dijo Dasha.

Bueno esos somos NOSOTROS, ¿Qué? Sí, falto yo, bueno tengo el cabello blanco, largo y lacio, ojos celestes parecen cristales, mi vestido es blanco y brilla al igual que mis ojos a la luz de la luna llena.

Shiori y yo somos quienes dirigimos este grupo, somos todos muy unidos.

Nuestro destino y el de Ceres están unidos. Tal formemos parte del mismo ser, tal vez se nuestro líder perdido o tal tenga las respuestas. No podemos interferir en sus decisiones, ni tampoco podemos cuestionarlas, pero por alguna razón podemos ver su día a día.

Las marcas, runas para nosotros son quienes han marcado la historia, ni nosotros saber cómo ni quienes, pero cada hecho significativo está escrito, dibujado y explicado en la cueva TAMZ. Ellas cuentan la historia del planeta. Algunos dicen que están escritas por los dioses.

Y acá es donde comienza el destino y el camino que nosotros compartimos con Ceres.
Acá señores comienza la verdadera historia y según la roca más alta:


“El verdadero destino y camino a seguir lo elegirá quien sea capaz de recorrer fronteras sin temor”