literature

Cap 8 La tierra de los dragones

Deviation Actions

cler's avatar
By
Published:
291 Views

Literature Text

Cap 8
La tierra de los dragones


La tierra de Sissifo, de los guerreros, era un desierto seco. Había varias lagunas con juncos y verde alrededor. Aunque los estanques no tenían dueño, cada diez o quince cuevas había dos o tres lagunas. Ese desierto no era de arena, la tierra se resquebrajaba.

Ceres nadaba en los estanques que muy en el fondo estaban unidos por un río. Nadie en la historia tenía la capacidad de resistir tanto tiempo bajo el agua sin respirar. Parecía que hubiese nacido allí…

Sectía miraba y sonreía

- Es un niño ágil…

Laxio sonreía, Boreal se quedó en la cueva y Viento del este acompañó a Ceres, de repente una sombra enorme se divisó en el aire. Laxio alzó la mirada pero no vio nada. La sombra se había ido.

_________ _________

Ragnar observaba desde arriba, estaba algo preocupado

- Tranquilo, Ragnar – decía Zaid – conozco esa sombra.

- Saber que él puede transformarse en cualquier cosa – decía.

- Sí, pero no puede volar a la velocidad de un dragón.

Ragnar volvió a cerrar los ojos y se tiró a descansar.

-¿Qué es lo que le pasa? – se preguntaba Yurik.

Pues no le pasaba nada, solo que así era él, así era desde hace mucho tiempo….

____________ __________

La sombra volvió a aparecer, de repente Ceres sonrió.

- ¡Flame, baja! – gritó.

Pudo reconocer una sombra, habilidad de los espíritus. Pero entonces ¿ A dónde pertenecía? Se preguntaba Sectia.

- Es una caja de sorpresas – pensaba Laxio en voz alta.

Ceres era mucho más que una caja de sorpresas.


Flame bajo en picada como si fuera a atacar a Ceres, pero mientras iba bajando y se iba acercando, guardaba sus alas y al llegar frente al niño lo abrazó.

- Qué alegría me da conocerte.

Sissifo miró cómplice a Laxio y Flame adivinó lo que pensanba…

- Esta vez no – con su voz grave típica de los dragones – crecimos mucho y ustedes se volvieron grandes y pesados – explicaba.

- Bueno, por lo menos llévame a mí – dijo Ceres.

Flame sonrió y accedió a su petición.

Cuando Ceres subió a la espalda de Flame, este sintió algo que nunca había sentido en su vida.

- Agarrate bien – dijo comenzando a correr en dirección al precipicio, llegando al final la espada de Flame se hizo más y más grande, los huesos se endurecieron y su piel se tornó más dura.

Flame comenzó a volar y Ceres maravillado y sorprendido miraba todo desde arriba…

- Ahí van Laxio, Boreal, Viento del este, Sectía y Sissifo.

¿Cómo podía verlos desde tan arriba? Ese era un poder de los pertenecientes a los sentimientos. Son los únicos con esa habilidad. De a poco el niño iba descubriendo sus poderes y su destino.

Desde lo alto se podía ver con claridad las fronteras de las tierras.

Ceres se recostó sobre la espalda de Flame y se durmió, Flame podía sentir si calor, sin duda era una persona muy especial. Luego de un rato, dijo:

- Estamos llegando.

Llegaron muy rápidamente, el reino de los hijos de los dragones era imponente. Desde arriba se veía el castillo y a lo lejos se veía la enorme cueva,  Flame al ser guerrero vivía en el castillo, en la cueva vivían quienes no luchaban, y en los bosques las familias.

Ni bien aterrizaron la puerta del castillo se abrió, Flame era muy querido por todos.
Un amigo, porque allí no hay guardias ni plebe ni nada de eso son todos los iguales hasta el mismo rey,  los recibió.

- El rey quiere conocerte.

Y el rey no era muy diferente a los demás o a Flame, era un guerrero más, ¿Qué lo diferenciaba del resto? Él era el único que podía transformarse en un dragón, en un enorme dragón, y sus ojos eran bien amarillos. Su nombre era Arlem.


Arlem y Flame era amigos entrañables, ni las guerras o traiciones los pudieron separar.

Laxio siempre dijo que Arlem era muy inteligente.

- Por fin te conozco, ceres.

- Sí – dijo él modestamente.

- Tus amigos te están esperado.  

Laxio, Sectia, Viento del este, Boreal y Sissifo ya estaban comiendo y charlando muy animadamente. Ceres los miró y sonrió.
Flame había podido ir más rápido y llegar antes que ellos, pero quería que viera todo desde arriba.
Todos eran bienvenidos en el castillo o casi todos, salvo quienes habitan en la oscuridad, esa era la única razón por la que había guardias en las puertas.

Arlem miraba a Ceres que obsevaba todo a su alrededor.

La mesa era grande pero se podía achicar Sectia y los demás charlaban de tiempos pasados, Ceres escuchaba con mucha atención cada historia, al igual que nosotros tenía mucha memoria ¿Cuál sería su destino?

- Hoy se pueden quedar en mi casa – para él era su casa, no un castillo – Pueden quedarse todo el tiempo que quieran.

Ceres sonrió contento, Sectia lo miraba, él siempre estaba cómodo, en cualquier lugar, podía dormir tanto en una cama mullida como la suya como en el pasto.

- Tengo hambre – dijo y se comió todo lo que había en su plato.

Todos los demás rieron. A donde iba llevaba alegría con él. Era astuto, ágil e inteligente.
Al caer la noche de a poco todos se fueron a dormir.
Ceres seguía a Arlem, miraba  y observaba cada rincón del lugar, le parecía familiar, como si lo hubiera visto. Creía haber reconocido un dibujo sobre la pared.

- Bien llegamos, esta será tu habitación, al lado de tu cama hay una campana que está conectada a la mía y a la de Flame, si te pasa algo tira del cordón de tu campana.

Ceres se sacó parte de la ropa, se tiró en la cama y se quedó pensando en esos dibujos, juraba que los había visto en otro lugar aunque no recordaba donde.
El cansancio le ganó y cerró sus ojos, recordó cuando su madre le contaba cuentos y leyendas, recordó entonces haber visto esos dibujos en un libro.

Pensó que a Arlem también le gustaba esa historia y por eso estarían dibujados en esa pared, ignoraba cual era la verdadera razón por la que estaba allí,

Finalmente se dejó vencer por el sueño, cuando estaba muy dormido una voz lo despertó. Una muy hermosa voz que contaba una historia, una historia que él conocía muy bien. Era una canción de cuna…
Comments0
Join the community to add your comment. Already a deviant? Log In