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Noche extraña

Eran como las doce de la noche, el viento soplaba muy fuerte y parecía que una enorme tormenta estaba a punto de llegar…

Nunca le tuve miedo a nada, pero esa noche temí por mi vida. Estúpidamente decidí pasar por el cementerio que estaba cerca de donde vivía Julián.
Caminaba apurado como si tuviese algo que hacer en casa, me reía solo de las cosas que hablábamos los tres, cuando de golpe sentí un viento helado en mi nuca.

- Son ideas mías- pensaba, pero aun así apuré el paso.

Tenía la sensación que cuanto más rápido iba había algo que me tiraba hacia atrás. Recordé que Luciano y Julián decían que nunca vaya por esos lados. No me di cuenta y me perdí, el gps no me andaba, comencé a correr. Todavía sentía ese aliento helado, porque no era viento, era el aliento de alguien que no podía ver.

Sentí pasos detrás de mí, era un andar diferente a cualquier que hubiese escuchado antes. Con 28 años tenía un cagazo enorme.
Y había comenzado a llover no más, era una tormenta que parecía que arrasaba la ciudad. Justo cuando pensaba que nada más podía pasarme di con una calle en la cual las luces estaban quemadas. Mire hacia atrás y no pude ver nada estaba muy oscuro.
Recordé las palabras de Julián:

- Por la dudas no mires atrás si vas por ahí.

Volvi a mirar hacia atrás y me tropecé con una raíz de un árbol viejo que sobresalía en la vereda, me sentía cansado. Fuera lo que fuera que vaya a pasarme que pase ahora – me dije.
Cerré los ojos y quede inconsciente.

Me desperté en un lugar extraño era como una casa abandonada, creí reconocer la puerta, había pasado delante de esta casa. Estaba en una silla muy dura, atado no podía moverme.
Sentía voces que venían de la cocina, más allá de eso por suerte no había nada raro, pero aun así sentí un frío que me corría por la espalda.
De golpe dejaron de hablar, oí los pasos, me taparon los ojos con una venda oscura, fría y parecía como húmeda.

- ¿Quiénes son? – Pregunté - ¿Les hice algo?

No halle ni una respuesta.

- Me perdí, corrí y me caí.

Solo había silencio. Sentí algo frío en mi espalda, el pánico corrió por mis venas al pensar que podía ser un cuchillo o un hacha. Me soltaron los brazos y las piernas pero no podía moverme estaba paralizado o adormecido.



Luego me acostaron, me pusieron una mordaza en la boca. Cuando se fue el efecto intente moverme. Una voz muy dulce y suave me dijo:

- Silencio – era una voz femenina y extrañamente familiar.

Esta persona corrió un poco mi venda para que la pudiese ver, una luz muy  potente venía de atrás de ella, pasó su mano suave por mi rostro y me calmó.
Me volví a cansar y el sueño me volvió a ganar, al rato me desperté ya no había nadie en la habitación, estaba solo pero seguía atado, aunque ya podía mover los brazos.

Pase toda la noche en esa “cama”, inmovilizado, de vez en cuando oía algún paso en la cocina.
Una vez vinieron dos gatos que me hicieron compañía toda la noche, uno blanco y otro negro, me lamian las manos.

Yo veía los relámpagos, tenía mucho frío. Me pregunta quienes serían, seguramente habían recogido del piso, pero… ¿por qué? ¿Me iban a comer? ¿A matar? ¿Quién sería esa mujer? ¿y por qué me parecía familiar su voz?

Suponía que eran preguntas sin respuestas…

No volvieron más, me dejaron ahí a que me muera de hambre y frío, el viento golpeaba la puerta. Una vez creí ver una sombra – Alguien me trae alimento o una explicación – pensé pero se fue corriendo como si la llamaran, dejo caer algo. No pude ver que era.

Otra vez me dormí, esta vez me desperté a la mañana siguiente. El efecto había pasado, sentí algo extraño en mi pierna, estaba cocida como si me hubiesen operado. No me sacaron nada – me dije – sino no me pudiese mover. ¿Tendré algo adentro?  Me daba terror en solo pensarlo. Salí lo más rápido que pude de ese lugar, pise algo: un plato de metal y un botón viejo. Las dos únicas piezas del rompecabezas.

Salí, abrí la puerta y …

- ¡Pero si yo conozco este lugar! ¿Cómo es que…?

Corrí esta vez me choque con Julián.

-¿Qué haces acá? No fuiste a tu casa.

- Sí, pero salí temprano….

- Te dije que no pasaras por acá, pasan cosas raras.

- Ya lo creo – pensé, me quede pensando en la casa mientras la miraba.

- ¡Que linda casa! bueno lo era – dijo – Cuando pasó aquello quedó en ruinas, nadie la quiso arreglar, ni vender. Nadie pasaba por acá , los que pasaban tiraban piedras, escribían con grafitis o rompían algo.

Toque mi pierna

- No será que al no hacer eso… - pensé.

- ¡Que linda persona quien vivía acá!

Sonreí y volví a sentir ese aliento frío en mi espalda.

- Andando – dije y comenzamos a caminar hacia su casa.
Este es mi parte del arttrade que le debía hace mucho a :icontefian:  espero que te y les guste
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Tefian's avatar
Me gusta mucho cuando puede dibujare algo con esta historia xD